domingo, 13 de febrero de 2011

Yo siempre preferí las mentiras piadosas.

Me apetece meterme en la cama, bajo mi enorme edredón que me protege del frío y las pesadillas, y no salir. Abrazarme a cualquier peluche, de esos que siempre te sonríen y nunca te niegan cariño. Y toda esta semana, dormirla. Incluso se me quitan las ganas de soñar.. No tengo fuerzas, y no las encuentro en nadie. Hoy me pesa la vida. Así, de repente. Si habéis leído este pequeño rincón mío antes, sospecharéis de mi bipolaridad, así que tanto como los domingos como hoy me gustan, ya veis como pueden, en un último instante, hacer que me deshaga como un terrón de azúcar.. Queridas ganas de sonreír, por favor, venid a rescatarme. Pero por esta noche, por favor, que alguien me mienta, y me susurre que puedo apoyar la cabeza en mi pecho, que acariciará mi pelo y me prometerá que todo irá bien. No me importa que sea mentira.

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